6 de enero de 2011

REYES MAGOS

Hemos despedido al Viejo Año; esperemos que el 2011 sea un año en que salud, trabajo, unión entre todos y la paz, esté entre nosotros
Si hacemos un resumen general, los acontecimientos se repiten año a año. Las necesidades, la pobreza, el enojo, las peleas, los desacuerdos, las injusticias, la delincuencia, las alegrías, el llanto... siempre están.
A nivel personal, puedo decir que con el nacimiento de nuestro sexto nieto, se borraron los momentos no gratos que pudiéramos haber tenido.
Esperemos con optimismo, que este nuevo año sea para tratar de mejorar todo lo que esté a nuestro alcance y como siempre con fé y esperanza.


Hoy , es día de reyes; si, el día en que los Reyes Magos dejan juguetes a nuestros niños. Les pido que a travez de los recuerdos, nos transformemos en niños pués es la única forma en que volveremos a sentir esa hermosa ilusión. Sentir en nuestro corazón la satisfacción de que ese juguete lo dejó  Baltasar, Gaspar y Melchor; -haaa -y no nos olvidemos que el agua y el pasto que pusimos, ya no están. FELIZ DIA DE REYES.




Mi regalo? este hermoso poema de Rubén Darío.


  LA ROSA NIÑA


l
Cristal, oro y rosa. Alba en Palestina.
Salen los tres reyes a adorar el rey,
flor de la infancia llena de una luz divina
que humaniza y dora la mula y el buey.

ll
Baltasar medita mirando la estrella
que guía en las alturas. Gaspar sueña en
la visión sagrada. Melchor ve en aquella
visión la llegada de un mágico bien.

lll
Las cabalgaduras sacuden los cuellos
cubiertos de sedas y metales. Frío
matinal refresca belfos de camellos
húmedos de gracia, de azul y rocío.

lV
Las meditaciones de la barba sabia
van acompasando los plumajes flavos
los ágiles trotes de potros de Arabia
y las risas blancas de negros esclavos.

V
¿De donde vinieron a la Epifanía?
¿De Persia? ¿De Egipto? ¿De la India?, es en vano cavilar.
Vinieron de la Luz, del Día,
del Amor. Inútil pensar,Tertuliano.

Vl
El fin anunciaban de un gran cautiverio
y el advenimiento de un raro tesoro.
Traían un símbolo de triple misterio
portando el incienso, la mirra y el oro.

Vll
En las cercanías de Belén se para
el cortejo. ¿A causa?. A causa de que
una dulce niña de belleza rara
surge ante los magos, todo ensueño y fé.

Vlll
¡ Oh Reyes!-bendice-. Yo soy una niña
que oyó a los vecinos pastores contar,
y desde la próxima florida campiña
miró vuestro regio cortejo pasar.

lX
Yo se que ha nacido Jesús Nazareno
que el mundo está lleno de gozo por El,
y que es tan rosado, tan lindo y tan bueno,
que hace al sol más sol, y a la miel más miel.

X
Aún no llega el día...¿Donde está el establo?
Prestadme la estrella para ir a Belén.
No tengais miedo que la apague el diablo,
con mis ojos puros la cuidaré bien.

Xl
Los magos quedaron silenciosos. Bella
de toda belleza, a Belén tornó
la estrella y la niña, llevada por ella
al establo, cuna de Jesús, entró.

Xll
Pero cuando estuvo junto a aquel infante,
en cuyas pupilas miró a Dios arder,
se quedó pasmada, pálido el semblante,
poque no tenía nada que ofrecer.

Xlll
La Madre miraba a su niño lucero,
las dos bestias buenas daban su calor;
sonreía el santo viejo carpintero,
la niña estaba temblando de amor.

XlV
Allí había oro en cajas reales,
perfumes en frascos de hechura oriental,
incienso en copas de finos metales,
y quesos, y flores, y miel de panal.

XV
Se puso rosada, rosada, rosada...
ante la mirada del niño Jesús.
(Felizmente que era su madrina un hada
de Anatole France o el doctor Mardrús).

XVl
¡Que dar a ese niño, que dar sino ella!
¿Que dar a ese tierno divino Señor?
Le hubiera ofrecido la mágica estrella,
la de Baltasar, Gaspar y Melchor...

XVll
Más a los influjos del hada amorosa,
que supo el secreto de aquel corazón,
se fué convirtiendo poco a poco en rosa,
en rosa más bella que las de Sarón.

XVlll
La metamorfosis fué santa aquel día,
(la sombra lejana de Ovidio, aplaudía)
pués la dulce niña ofreció al Señor,
que le agradecía y le sonreía
en la melodía de la Epifanía
su cuerpo hecho  pétalos y su alma hecho olor. 



"No puede haber Fé o Religión sin sacrificio"
                                                    Mahatma Ghandi



                                                              

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