28 de marzo de 2013

NIÑEZ- ADOLESCENCIA


Yo quisiera quedarme en ese mundo apretado en las paredes de la infancia, arrebujada en un aire que se disuelve con el calor del verano, porque... no se porqué, en la infancia siempre es verano, siempre hay un velerito de papel y palitos navegando en un charco de ámbar, siempre hay un bollo plateado de chocolate en el fondo de un bolsillo.

Yo quisiera caminar por los senderos ciudadanos por ángeles guardianes, segura y preocupada solamente por el horario de la sopa de las muñecas, inventando nombres para llamar a las luciérnagas, buscando las pilas que encienden a los bichos de luz, durmiendo con un sueño de acompasada respiración y manos apoyadas en las sábanas sin crispación, como flores.

Allí es donde uno tiene la defensa más limpia y más cierta: la de la ingenuidad, la de la fe.
Creer , creer en todo el mundo, abrir la pena como un pan caliente y mostrar su humeante interior: abrir la risa como un durazno maduro y entregar el corazón, o la pulpa o el zumo, creyendo que a los demás nuestra alegría les gusta, que los demás se ponen contentos con nuestro triunfo, con nuestra felicidad.

Querer. Y sentir que querer es una margarita a la que se le ponen los pétalos en lugar de quitárselos, y que son unos ojos empañados de llanto cuando la mano amiga se posa sobre el hombro para decir estoy aquí, contigo, porque me necesitas.

Darse. Como se dan los hijos sin especulaciones: "porque estoy de tu parte".
"Porque me gusta ser tu amiga".
"Porque te quiero como sos".

A mi me asusta esa ciudad que se levanta allí. Con laberintos de cemento y sonrisas de utilería que se ponen en los rostros, los que piden algo.

Y hablar cuando uno quiere quedarse en silencio. Y quedarse en silencio cuando uno tiene ganas de hablar.

Y herir. Porque a veces para defenderse la gente grande tiene que herir. Y pasa como cuando tu, que eras chico, decías furioso: "ojalá que se muera mi mamá que no me quiso comprar un helado".
Y resulta que después te pasas toda la noche despierto y te levantas cien veces con la excusa de ir al baño o a la cocina a tomar agua, nada mas que para ver si respira, que no se cumplió, que por suerte no se cumplió...

Yo te propongo una locura: que no crezcas como parece que es conveniente crecer en este mundo de la ciudad fantástica y totalmente aprovechable.

 Que defiendas los soldaditos de plata que la lluvia hace galopar sobre el asfalto.

 Que quieras porque sí y llores toda la tarde porque te peleaste con el amigo con el que te vas a reconciliar mañana lo más campante y olvidado de todo.
 Porque si te pones fuerte y defiendes esas cosas a capa y espada, te van a ir arrancando de ese país de luz y sin que te des cuenta, te van a ir metiendo las sombras que dan miedo de noche, y cuando llegues al lugar en que miro de pie a mi alrededor, vas a querer huir, irte de ti, refugiarte en cualquiera que sonría, volver a huir porque hincaron los dientes hambrientos en el pan caliente de tu pena y en la pulpa de tu alegría y se disputan los huesos de nácar de tu ingenuidad, la mano abierta, el asombro. ¡Ay, el asombro! ese milagro que de repente nos resucita. Por ejemplo: acabo de asombrarme con un puñado de jazmines chiquitos y blancos que se han abierto en la enredadera de mi casa. Y han perfumado de tal manera el jardín que me hicieron pensar en un derroche de magia.

Así que correte un poco, dejame sentar contigo en el banquito.¡Vamos, córrete!, Haceme un lugarcito...no tengas miedo, yo todavía puedo chapotear en tu río sin encrespar las aguas y morirme de risa viendo girar tu trompo, y pasarme una tarde entera descubriendo universos en un caleidoscopio.

Yo, todavía puedo usar de a ratos tu país de luz.

Anda, córrete y déjame sentar contigo en el banquito.


Fuente: www.nuestraedad.com


Hoy mi querido Agustín, mi primer nieto cumple 12 años. 
¡Dios mío! como pasa el tiempo.

 Mi niño, no lo puedo creer ya está entrando en la adolescencia. Está en 7º grado; me pregunto...¿aceptará que le diga como siempre, mi niño?.





Recuerdo cuando nació y aquí quedó el recuerdo...hace 12 años.









Ya pasó el tiempo y hoy... aún puedo mimarlo
junto a su hermano Luciano.
¡Mi niño! ¡Mi dulce Agustín! hoy al felicitarte se que me abrazarás y me dirás al oído "Gracias Abu, te quiero mucho".

Y mi corazón estallará de alegría. 
¡Mi niño se está transformando en un adolescente! 


8 comentarios:

SOYPKS dijo...

Hola amiga querida, pasé por aquí a desearte unas Felices Pascuas.
Felicitaciones a tu nieto que Dios lo bendiga, el mío ya tiene 16 y no me dí cuenta en que momento creció, siempre me llama Tati.
Te dejo un abrazo desde mi querida Venezuela.


♥ SOYPKS ♥♥♥

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola Mabel, nos has dejado un texto muy rico de bellos sentimientos.
Tienes un nieto precioso. Felicidades por sus 13 años.
Con ternura te dejo un beso.
Sor.Cecilia

Unknown dijo...

Que bonita manera de expresar
sentimientos que brotan
de tu alma..
Felicitaciones por tu ñieto..
Felises pascuas..

Abuela Ciber dijo...

Que la luz de pascuas traiga paz y salud,a ti y seres queridos.

Cariños

Felicidades al nieto !!!!

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Mabel:

Como un barquito de papel mi vida se halla anclada en el lejano puerto de la infancia, me pasa igual que a ti.

Felicidades por tu nieto.

Un abrazo.

YoSueño dijo...

Que bonitos sentimientos que nacen desde el corazon, felicidades a tu nieto.Un ABRAZO

Midala dijo...

Qué preciosidad!!!!Me encantaaaaaaaaaa!!!!!Tienes unos nietos preciosossss!!!El amor de una abuela....son sangre de tú sangre...disfrutalos y que te quieran muuucho!!

Isabel dijo...

Mabel que lindas fotos y cuánto cariño, consigue los versos de Orlando Hermosilla es una oración de un niño que se llama "Mensaje de un niño"
Ayúdame a crecer
a caminar por la vida...

Besos