Recogiendo Letras: UN DÍA COMO HOY...

Cuándo se anuncia un acontecimiento importante, comienza así: "Un día como hoy"..

¡Como no serlo! por lo menos para mí porque un día como hoy ...nací yo. Si... hoy festejo mi cumpleaños número 72, y si Dios así lo quiso, debo agradecer con alegría lo que me regaló.

Es algo raro en mi, querer festejarlo; no es que no me guste cumplir años, sino que fuí bastante indiferente al paso de los mismos. Talvéz sea porque en esta fecha, el trabajo de mis padres se reiniciaba después de las vacaciones y para nosotros sus hijos, comenzaban las clases.

Recuerdo que veraneando en Cosquín, cumplí los 15 años y mis tíos, me homenajearon con una cálida fiesta. Estrené una falda negra con cintura alta que era la última moda, acompañada de una blusa de organza color rosa. Todo esto, cocido por las manos habilidosas de mi prima Elvira.

Bailar? nooo, apenas una reunión en casa o en la casa de amigas; le llamábamos "asalto" y a los 18 años podíamos hacerlo, pero... acompañadas por mamá o una amiga de la flia. Eran las reglas de esa época. Ahora pienso, ¡que facil fué para nosotros cumplir con lo que nuestro padres nos enseñaban!. Bueno, como todos dicen..."eran otros tiempos".

Algo que tenía por costumbre anotar en todos mis cuadernos y no me pregunten porqué, el año en que finalizaría mi secundario.

También siempre recordaba eso que se decía "hacer lo que Dios manda"; nacer, crecer, multiplicarse, y morir.

El paso de los años, cada acontecimiento y todo lo vivido, lo tomé con total naturalidad. Cumplir la edad por semanas primero, luego por meses y después por años, es el acontecer de la vida misma; con sus momentos felices o aquella felicidad extrema que con romanticismo decíamos "tocamos el cielo con las manos", tiempos de tristezas, de llantos, de alegrías, de dolores, de enfermedades, de ausencias.

La vida del ser humano tiene estos condimentos; todos mezclados, hacen que uno se de cuenta, que hay que seguir recibiendo todo lo que ella nos brinda y podremos decir como el poeta "todo pasa y todo queda, pero lo importante es andar".

Acompañada por mis seres queridos (los que puedan "porque comienzan las clases") cerraré mis ojos y escucharé el FELIZ CUMPLEAÑOS entonado por las vocesitas de mis adorados nietos, a los que diré "Gracias mis niños" y "Gracias mis bebés"; luego, brindaré sin olvidar elevar mi mirada al cielo, agradeciendo también a mis ángeles. (¡Dios, como los extraño!)