El miércoles 27 nos disponíamos a gozar del descanso y la compañía de nuestra gente que diariamente se va hacia sus trabajos, por ser un día feriado dispuesto por el Gobierno en todo el país, para poder llevar a cabo el Censo Nacional.
Solo había que esperar a la censista y cumplir con lo ya dispuesto; una vez finalizado el encuentro, decido escuchar las noticias del día encendiendo el televisor. Solo atinamos a mirar la pantalla con mi esposo; después me comenta, que al ver la noticia mentalmente pensó –hay un solo Néstor Kichner… ¡no puede ser! En cuanto a mi, solo leía y leía; una sensación de escalofrío que no podía controlar y que no fue un momento. Si… anunciaban el fallecimiento del ex Presidente.
¡Terrible! Es que no se puede uno imaginar a la Presidenta ¡sola… sola! en la vida, y en todas sus actividades; siempre se los veía juntos, unidos, tomados de las manos, compañeros, esposos y en sus obligaciones.
Si bien es cierto que los argentinos vivimos crispados ante las diarias noticias de peleas, malas contestaciones, tristes sobrenombres, insultos, agresiones, soberbias, ¡ante la muerte… ante lo irremediable! ¡Como seres humanos… como católicos! es necesario dejar de lado los resentimientos y apoyar en estos momentos a la esposa y a su familia rogando logre “Paz y Resignación” ante la pérdida del ser querido.
Reciban una mano extendida y un hombro acogedor rogando puedan entender que ante la adversidad, nuestro apoyo sea en “Paz”.
En el 2005 Néstor Kichner leyó el poema de Joaquín Enrique Areta (desaparecido de La Plata ) titulado “Quisiera que me recuerden”
Este poema fue elegido para el libro “Palabra Viva” que es una recopilación de textos escritos por escritores de ambos sexos, desaparecidos durante la dictadura.
Quisiera que me recuerden sin llorar
ni lamentarme
quisiera que me recuerden por haber hecho
caminos
por haber marcado rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos
y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor
Quisiera que me recuerden junto a la risa
de los felices, la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores
con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo por no cumplir
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